El yoga, tal como lo conocemos hoy, ha pasado por una transformación notable: de una disciplina espiritual orientada al autoconocimiento, a una práctica global centrada en la salud física y el bienestar. Pero en su núcleo más profundo, el yoga sigue estando arraigado en dos grandes pilares del pensamiento hindú: los Vedas y los Upanishads. Entender estos textos es comprender el corazón del yoga, más allá de las posturas.
1. Los Vedas: La raíz del conocimiento espiritual
Los Vedas —Rigveda, Yajurveda, Samaveda y Atharvaveda— son los textos más antiguos del hinduismo, redactados entre 1500 y 500 a.C. Estas escrituras contienen himnos, rituales y mantras destinados a establecer una relación armónica entre los seres humanos, lo divino y el universo.
¿Cómo se conectan con el yoga?
- El poder del sonido: El canto de mantras como el “Om” proviene directamente de los Vedas. En muchas prácticas de yoga contemporáneo, el uso del sonido sigue siendo una herramienta para enfocar la mente y purificar el cuerpo energético.
- Disciplina y ritual: Conceptos como tapas (disciplina interna) tienen raíces védicas y preparan el terreno para prácticas como la meditación y la atención plena.
2. Los Upanishads: Filosofía de la introspección y liberación
A partir del 800 a.C., surgen los Upanishads, textos que profundizan en preguntas existenciales: ¿Quién soy? ¿Qué es lo real? ¿Cuál es el propósito de la vida?
Aquí aparecen ideas clave que transformarán el yoga:
- Unidad entre el ser y lo absoluto: “Tat Tvam Asi” (“Tú eres Eso”) resume la visión de que Atman (el alma individual) es idéntico a Brahman (la realidad suprema).
- Liberación como meta: El moksha, la liberación del ciclo de nacimiento y muerte, se presenta como el objetivo final, alcanzable mediante el autoconocimiento.
¿Y el yoga?
Los Upanishads introducen prácticas como la meditación (dhyana) y el control mental, que son la base del Raja Yoga. El Katha Upanishad, por ejemplo, compara el cuerpo con un carro, los sentidos con los caballos y la mente con las riendas: una metáfora que anticipa la psicología yóguica clásica.
3. La síntesis en los Yoga Sutras
En el siglo II a.C., Patañjali organiza esta herencia espiritual en su obra Yoga Sutras, donde estructura el Ashtanga Yoga o “camino óctuple”: ética, posturas, control de la respiración, introspección y meditación, entre otros.
El fin último: Kaivalya, un estado de libertad pura y conciencia, resonando con el moksha de los Upanishads.
4. Yoga moderno: entre el cuerpo y el espíritu
El yoga actual se ha popularizado principalmente por sus beneficios físicos, pero muchas escuelas y practicantes aún buscan reconectar con su esencia espiritual:
- Escuelas integradoras: Disciplinas como el Yoga Integral, el Kundalini Yoga o el Jnana Yoga mantienen vivas las enseñanzas védicas a través de mantras, meditación e introspección.
- Prácticas con raíz antigua:
- Meditación sobre el ser: Inspirada en la pregunta upanishádica “¿Quién soy yo?”
- Uso de mantras védicos: Como el “Om” o el “Gayatri Mantra” en clases contemporáneas.
- Ética personal: Los yamas y niyamas (no violencia, verdad, autodisciplina) evocan valores védicos.
- Movimientos de reconexión: Algunos instructores y centros promueven el estudio de textos como los Upanishads o el Bhagavad Gita, buscando restaurar la dimensión filosófica del yoga.
5. Conclusión: El yoga como puente entre lo antiguo y lo contemporáneo
Los Vedas y los Upanishads no son simplemente textos antiguos: son el alma del yoga. Aunque el mundo moderno tiende a enfatizar las posturas físicas, el verdadero yoga es una unión (yuj) del cuerpo, la mente y lo divino. Quienes deseen ir más allá del ejercicio y acercarse a una práctica integral, encontrarán en estas escrituras una guía profunda y transformadora.
Explorar el yoga con la luz de los Vedas y los Upanishads no es mirar atrás, sino mirar más profundamente.